La Tradición y Sostenibilidad en la Milpa de Don Carlos

Historias del campo

Desde hace cuatro años, Don Carlos y su familia nos han abierto las puertas de su hogar y su milpa, un espacio donde la tradición agrícola se entrelaza con la vida cotidiana. Ubicados en un entorno rural, han cultivado no solo una variedad de productos, sino también una relación de confianza y respeto con quienes visitan su hogar.

En su milpa, Don Carlos cultiva maíz criollo, un tesoro de la agricultura mexicana que no solo es fundamental en la dieta local, sino que también representa una herencia cultural invaluable. Junto al maíz, crecen calabazas, jícamas, cacahuates y flor de jamaica, todos productos que reflejan la riqueza de la biodiversidad de la región de Yucatán. Cada uno de estos cultivos no solo aporta sabor y nutrientes a la mesa, sino que también contribuye a la sostenibilidad del ecosistema local.

Además de la agricultura, la familia de Don Carlos se dedica a la cría de ganado y a la apicultura. La crianza de animales no solo les proporciona alimentos frescos, sino que también les permite mantener un ciclo de producción que respeta el bienestar animal y el medio ambiente. 

Por otro lado, la apicultura es una actividad que no solo les brinda miel de alta calidad, sino que también juega un papel crucial en la polinización de sus cultivos, asegurando así una producción más abundante y saludable.

Los productos de Don Carlos y su familia no son solo ingredientes; son el corazón de muchos de los platos que se sirven en Pancho Maíz. Cada bocado cuenta una historia de dedicación, esfuerzo y amor por la tierra. 

La experiencia de visitar a Don Carlos y su familia es un recordatorio de la importancia de apoyar la agricultura local y de valorar los productos que provienen de prácticas sostenibles. En un mundo donde la industrialización y la globalización a menudo amenazan las tradiciones locales, la milpa de Don Carlos se erige como un faro de esperanza y un ejemplo a seguir.

La labor de Don Carlos y su familia no solo enriquece nuestras mesas, sino que también nos invita a reflexionar sobre nuestras elecciones alimentarias y su impacto en el medio ambiente. Al elegir productos locales y apoyar a los agricultores como ellos, contribuimos a la preservación de nuestras tradiciones y al bienestar de nuestras comunidades.

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Compartiendo los alimentos en casa de Don Carlos y Doña Vero