Desde hace tres años, Maíz Criollo Kantunil ha emergido como un componente fundamental en nuestra red de productores, desempeñando un papel crucial en la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y en la preservación de la biodiversidad. Este grupo, conformado por diversos productores locales, se ha unido con un objetivo común: apoyarse mutuamente y fomentar el intercambio de conocimientos e investigaciones que beneficien a todos sus miembros.
La unión de estos productores no solo ha fortalecido su capacidad para enfrentar los desafíos del sector agrícola, sino que también ha permitido la creación de un espacio colaborativo donde se comparten experiencias, técnicas y recursos. Este enfoque colectivo ha resultado en un enriquecimiento del saber agrícola, donde cada miembro aporta su experiencia y conocimientos, creando un ambiente propicio para la innovación y el aprendizaje continuo.
Recientemente, tuvimos la oportunidad de visitar algunas de las parcelas que forman parte de este grupo. Durante nuestra visita, los productores nos mostraron con orgullo los cultivos de maíz criollo que han estado cultivando. Cada parcela es un testimonio del esfuerzo y la dedicación de estos agricultores, quienes han adoptado prácticas que no solo buscan maximizar la producción, sino también cuidar el medio ambiente y preservar las variedades autóctonas de maíz que son parte de su herencia cultural.
Maíz Criollo Kantunil no solo representa una variedad de cultivo, sino que es un símbolo de la unión y la resiliencia de los productores locales. Su compromiso con la sostenibilidad y la preservación de su patrimonio agrícola es un ejemplo inspirador de cómo la colaboración puede generar un impacto positivo en la comunidad. A medida que avanzamos, es fundamental seguir apoyando iniciativas como esta, que no solo benefician a los productores, sino que también contribuyen a la salud del ecosistema y a la riqueza cultural de nuestra región.